Dicen que su voz tenia cierta semejanza con la de Billie Holiday y no es para menos, solo hay que escuchar algunas de sus canciones para constatar dicha apreciación. Me refiero a Karen Dalton, la gran olvidada de la era folk.
Nacida en el estado de Oklahoma el 19 de julio de 1938 y fallecida un 19 de marzo de 1993. Siempre ha poseído una espíritu aventurero y de aquí para allá acabó en la ciuada de Nueva York, concretamente en el “libre” y bohemio barrio del Greenwich Village. Una vez allí alternaba los garitos donde actuaban artistas folkie del momento.
Con el tiempo llegó actuar con Bob Dylan y pasados los años, este, llegó a decir: “Mi cantante favorita por aquel entonces era Karen Dalton. Tenía una voz parecida a Billie Holiday y tocaba la guitarra como Jimmy Reed”.
En aquellos días, el Greenwich Village y gran parte de Nueva York estaban al rojo vivo, los agitados años 60 fueron convulsos e impulsivos: las manifestantes protestas en el apoyo por los derechos civiles por parte de los afroamericanos, la guerra del Vietnam, la revueltas del 1967/68... Todo ello hizo que los músicos de diversos géneros se politizasen y el folk fue toda seña de identidad.
Karen Dalton era reticente a grabar un disco de estudio, lo que a ella realmente le gustaba era el directo, sentir el calor de su público en cualquier café del Village como en el (hoy mítico) Café Whacon su inseparable guitarra y el banjo de cuello largo.
Su discografia es escueta pero valiosa y puede que para los aficionados al folk y también al blues les interese. Su primer disco sale en 1969 y lleva como nombre It's So Hard To Tell Who's Goingpara el sello Capitol Recordsy se hizo todo en una sola toma. Es un disco básicamente de versiones de otros artistas como las que hace de su íntimo amigo Fred Neilo Tim Hardin. Las canciones no son suyas, pero las moldea y las hace a su manera dándole un toque muy personal.
Dos años después, en 1971 sale su segundo álbum, el In My Own Time,un trabajo más cuidado que su precedente It's So Hard To Tell Who's Going.
Poco a poco Karen Dalton empezó a tantear el lúgubre mundo de las drogas y el alcohol, era una época en que los estupefacientes tales como el LSD, el peyote, la marihuana y toda una variedad psicotrópicos estaban a la orden del día. Muchos artistas atribuían dicho consumo para alcanzar una inspiración superior y así poder experimentar sobre sus trabajos. No se si fue el caso de Karen, lo cierto es que el desinterés y la indiferencia que Karen Dalton tenía sobre el éxito y el progresivo consumo de drogas, hicieron de ella alguien desgraciada y olvidada por todos.
Con los años lo perdió todo y se dedico a deambular de aquí para allá por la calles de Nueva York. Sus últimos años en vida, fue cuidada y atendida por el cantautor Peter Walker, hasta que en 1993 murió de SIDA.
Discografia
Karen Dalton: “It's So Hard To Tell Who's Going”- 1969.
Documental sobre la cultura del vinilo en Barcelona, realizado como proyecto para la asignatura de Cine y Videodocumental de la Facultad de Bellas Artes de la UB. Con apariciones de Marcos Juandó (Discos Juandó), Abel de Galleta Records, y el colectivo Upper Egypt entre otros. Realizado por Andrea Jenaro, Macarena García, Sara Pazos, Mai Rodríguez y Carlos Rivera en 2009.
Discos Ocultoses un libro que recoge casi cuatrocientas referencias de artistas y obras maestras de la música rock, pop, folk, punk, techno, bossanova y otras músicas contemporáneas. El crítico musical, escritor y mediático Juan Vitoria hace un repaso fiel y apasionado de aquellos discos que han permanecido a la sombra de la industria y el reconocimiento popular de los grandes mercados y el consumo de masas.
Desde los genios malditos de la música popular provenientes del blues, country, rythm'n'blues y de otros géneros seminales de los años 50, hasta los discos más recónditos de los 90, pasando por la música sixtie y por fenómenos como la psicodelia o el glam, Vitoria hace un análisis, con su narrativa ágil y vigorosa, de esos discos que han marcado una época si haber sido explotados en las radiofórmulas. Discos que, a menudo, han sido estigmatizados por el fracaso comercial y las ventas exiguas, sin dar pie a que se reconocieran como auténticas obras maestras. Este libro las descubre e invita una vez más a que sean escuchadas de manera vívida y emocional.
Hace poco nos dejo a la edad de 62 años Gil Scott-Heron. Entrañable músico, escritor, poeta y un acérrimo activista en la lucha por los derechos de los más desfavorecidos y los desajustes sociales. Sin duda, es uno de los artistas más influyentes de la música, siendo todo un visionario. Se afirma que es el padre progenitor del rap (junto con The Last Poets), cuando éste, en 1970 sacó a relucir una de sus piezas más conocidas: “The Revolution Will Not Be Televised”(La revolución no será televisada).
Nace en la ciudad de Chicago pero su niñez la pasa en Tennessee. Años más tarde, ya en plena juventud, emigra a Nueva York y recala en el marginal barrio del Bronx, allí se da cuenta de la terrible desemejanza que existe en su país: los conflictos raciales, las desigualdades sociales... Y a la prematura edad de 13 años, termina su primer libro de poemas, reflejando dichos conflictos.
En 1970 saldría su primer álbum llamado “Small Talk At 125th and Lenox” (y con él la primera versión de “The revolution will not be televised”) para el sello “Flying Dutchman” de Bob Thiele (éste, conocido por ser el productor en la dorada etapa de John Coltrane y compañía en Impulse!). Es un álbum de Spoken Word: fusión entre la poesía y la instrumentación musical. Aquí satiriza y critica de forma feroz el imperante racismo de la época, la manipulación de los medios informativos y el exceso del consumismo. Es un disco muy tribal, muy africano, donde abundan los bongos y los tambores, mientras Gil Scott-Heron narra su poemas. Es un álbum poco cantado, a duras penas hay una o dos canciones, entre ellas está un precioso blues llamado “The Vulture” (nombre que da título a su primera novela).
Un año después surge unos de sus mejores álbumes, el delicado Pieces Of A Man. Disco con una clara vertiente al jazz vocal. Es un trabajo serio y maduro, donde participan músicos de elite como el contrabajista Ron Carter, el flautista y saxofonista Hubert Laws o su ya inseparable pianista y arreglista Brian Jackson. En Pieces Of A Manhay un claro homenaje a John Coltrane (Gil Scott-Heron era un fanático de su música) y la proverbial cantante de jazz Billie Holiday en “Lady Day & John Coltrane”.
Por otra parte, retoma de forma mucho más atractiva la melodía “The Revolution Will Not Be Televised”donde se nota, también, el influjo del funk. En “Home Is Where The Hatred Is” destaca el elegante soul de los setenta y donde también pasará a ser uno de sus temas más conocidos. En cuanto a “The Prisioner”,es unade las piezas de jazz vocal más bellas que he escuchado nunca, es un acidificado e intimista tema de nueve minutos de duración.
Sin duda, la época más prolífica de Heron está en los 70, a parte de los ya mentados Small Talk At 125th and Lenoxy Pieces Of A Man, hay otros buenos trabajos en el que podemos destacar el Winter In Americade 1974. Aquí aparece el que sería su tema más conocido para el gran público, “The Bottle”.
Otro álbum que aprecio con cariño es el It's Your Wolrd facturado en 1976. En este caso se aprecian ciertos tintes de latin jazz. En mí opinión, los temas a destacar son una preciosa balada la “New York City” y “17th Street” un tema con grandes dosis de latin. En “Trane” vuelve a demostrar su pasión por John Coltrane siendo una obra de orfebrería que recuerda la dorada época del Jazz. Y por último, el subversivo “It's Your Wolrd” que da como título principal al álbum.
El otro gran trabajo a destacar es el Bridges del 77. En éste, aparece uno de los temas más hermosos, espléndidos y finos que he escuchado, no solo de Gil Scott-Heron, sino, de la historia de la música. Se trata del “We Almost Lost Detroit”, un augusto homenaje a esa hermosa ciudad que, a causa de una galopante y eterna crisis económica, está sumida en una progresiva decadencia que no parece tener fin.
Es difícil explicar con palabras lo que siento cada vez que escucho este tema, simplemente, cierro los ojos y me dejo llevar por esa voz, esa música y esa melodía llena de tristeza que hace que los pelos se pongan de punta.
La vida de Heron (como la de cualquier otro artista), ha sufrido sus altibajos, su idas y venidas, no solo en referencia a su trabajo como forma de arte, sino, también en lo personal.
Sus devaneos con la cocaína, el alcohol y su (últimamente) delicada salud a causa del SIDA, le marcaron profundamente.
Los 80 no se llevaron bien con Heron, no fue una fértil época para su música. Quizá se podría descollar el Reflections del 81, pero queda lejos de sus precedentes álbumes. De todos modos, aunque el Reflections no tuviera la repercusión deseada, se podría hacer mención de dos temas que valen mucho la pena, al menos para mí. Está la versión que hace de "Inner City Blues" del gran Marvin Gaye y después está el funk (¿rap?) de "B-Movie" : Un largo tema de doce minutos donde vuelve a demostrar sus dotes como poeta musical.
La pasada década fue algo funesta para él, ingresó varias veces en prisión por posesión de cocaína y tuvo que luchar por el duro y sacrificado camino de la rehabilitación.
En el 2010, después de años de inactividad sale su póstumo trabajo. El I'm New Herecon el sello discográfico XL Recording.Conocido sello destinado a publicar, básicamente, pop electrónico. Grupos como Radiohead, Sigur Ros o Prodigy han trabajado en él. Por eso, este disco suena muy desigual a todo lo que Heron a hecho con anterioridad. Es un álbum, que podríamos etiquetarlo como de Nu Soul e incluso en algún que otro tema se advierten destellos propios del trip-hop. Suena a nuevo, a contemporáneo, pero la desgarrada y profunda voz de Heron, nos transporta a la época del blues con“Me And The Devil”, del célebre pionero del blues Robert Johnson. El ayer y el hoy se fusionan y se dan la mano de forma fantástica y pasmosa sin caer en la ordinariez. Con I'm New Heresigue siendo el sutil Gil Scott-Heron de épocas pasadas, en donde vuelve a la carga con sus poéticas narraciones dando forma a un género prácticamente obsoleto: el Spoken Word.
Yo tuve la gran oportunidad de ver a Gil Scott-Heron en acción, en Nueva York, en la Blue Note, sí, una noche de verano, no una noche cualquiera, sino la noche, la noche que nunca jamas olvidaré. De ningún modo dejaré de acordarme de esa rasgada y acerada voz, ni de la buena onda que trasmitía su bonanza, su calma... de ese solo de piano, mientras interpretaba “Pieces Of A Man”.Oh! Cómo iba a olvidar aquella noche, la noche.
Y por último, os dejaré una sesión del conocido y mediático dj francés Gilles Peterson en honor y tributo a Gil Scott-Heron y su amplia discografia.
