lunes, 5 de marzo de 2012

Los tres discos de la semana

The Jimi Hendrix Experience: "Axis: Bold As Love" - 1967

Le toca el turno al genio y mito de la guitarra Jimmi Hendrix. No hace falta hacer ningún tipo de introducción de quién fue. Más o menos, todos sabemos algo de él. Es alguien que se reconoce nada más oírlo. Su guitarra electrificada, su voz grave, su locura excéntrica encima de los escenarios, su loca y agitada forma de vivir, su blues, su rock, su presencia, su prematura muerte... Es todo un mito de la historia de la música a la altura de Bob Marley, John Lennon, Jim Morrison.... El primer elepé con su banda, The Jimmi Hendrix Experience, el “Are You Experienced?”, fue todo un acontecimiento, precursor de fusiones de diversos géneros tales como el hard rock, el blues más vetusto y la psicodelia muy propia de la época. Si duda, se afirma fue su mejor álbum, pero yo haré mención de su segundo trabajo, el Axis: Bold As Love, puede que si sea algo inferior a su precedente disco, pero la carátula del álbum que nos ocupa es soberbia y majestuosa, toda una ilustración de Jimmi Hendrix llena de emblemáticas y mitológicas personalidades procedentes de la India. En aquellos años (estamos en 1967) las creencias hinduístas crecían en la comunidad hippie de forma exorbitante. El disco es una obra de arte, no solo por el diseño de su carátula, sino, también por su música. Recomiendo enormemente el “Bold As Love”, un lento pero potente track de unos más de siete minutos lleno furia electrificada donde asoman unos atractivos flangers. También están las baladas "One Rainy Wish" y “Little Wing” donde más tarde Eric Clapton y su banda harían una  versión. Para mí, "Little Wing" es una de las canciones más bellas del Axis: Bold As Love y de la carrera en general de Jimi Hendrix.


John Coltrane: "A Love Supreme" - 1964.

Quizá estemos ante uno de los discos que más admiro a nivel personal, junto con el What's Going On de Marvin Gaye. Emblemático donde los haya, el A Love Supreme merece estar en el podio de aquellos álbumes que cambiaron el transcurso de la música popular. Hay razones para admitir que estamos ante (probablemente) el mejor trabajo de jazz que jamás se haya realizado, claro que, dicho comentario puede tener cierta controversia, ya que de elepés relacionados con el jazz hay a manta y muy buenos. Pero personalmente (porque no deja de ser una opinión de criterio propio) el A Love Supreme es único y marcó un antes y un después en el mundo del jazz.

En el libro “A Love Supreme: La historia de un álbum emblemático” de Ashley Kahn en el prólogo escrito por el batería (perteneciente a aquel maravilloso cuarteto) Elvin Jones, dice algo curioso y cierto al mismo tiempo: “Para saber quién era John Coltrane hay que conocer A Love Supreme. Es como la culminación de un hombre, toda la historia de su vida entera. Cuando alguien quiere convertirse en ciudadano americano, tiene que hacer juramento de lealtad ante Dios. A Love Supreme es el juramento de lealtad de John Coltrane".


Este no era un disco más de Coltrane, "era el disco", su obra magma, la culminación de un hombre, tal como bien dice Elvin Jones. Este trabajo es la declaración espiritual más profunda de Coltrane. El mismo, buscaba otra dirección, otro camino de cómo expresar el jazz y él sabía que llevaba algo dentro de sí, algo que tenía que expulsar de alguna manera, expresarlo, sacarlo y grabarlo. Finalmente, en 1964 después de estar días y días encerrado en su estudio, Coltrane termina su obra maestra.

A todo esto, Alice Coltrane en su día dijo lo siguiente: "Era como Moisés bajando la montaña, fue tan bonito. Bajó y tenía esa alegría, esa paz en el rostro, tranquilidad. De manera que le dije": <<Explícamelo todo, no te hemos visto en cuatro o cinco días...>> Él dijo: <<Ésta es la primera vez que me ha llegado toda la música que quiero grabar, en una suite. Ésta es la primera vez que lo tengo todo, todo listo>>.


El saxofonista Archie Shepp señala: "En los sesenta, estábamos en la época de las religiones orientales, la nueva espiritualidad y el Hare Krishna, y era la matriz de donde provenía Trane...y encajó perfectamente".

Era un disco universal, se podía escuchar en cualquier parte y lugar, bien podrían escucharlo la gente de clase alta y sofisticada, los hippies del movimiento por la paz o la gente más pobre de los guetos...

Coltrane iba más allá, estaba un peldaño por encima de cualquier músico de jazz a la hora de experimentar musicalmente, capaz de crear una suite tan sorpresiva como A Love Supreme o de rememorar el clásico tema de Sonrisas y Lagrimas de Richard Rogers y Oscar Hammerstein II, "My Favorite Things" (1961) haciéndolo prácticamente suyo.

Después de una corta, pero intensa adicción a la heroína, que finalizó en 1957, Coltrane decide dejar la aguja hipodérmica y centrarse en su música.
Una importante y significativa ayuda vino del pianista Thelonious Monk (pieza clave en el bebop y en la historia del jazz) que le enseñó las bases y el desarrollo de su particular sonido. Con él aprendió la técnica de los "multiphonics" o "capas de sonido", que consiste en hacer sonar varias notas a la vez. Aquí es donde Coltrane cambia de estilo y empieza a limar su característico e inconfundible sonido.  

En la parte trasera del disco Coltrane dice: “Durante el año 1957 experimenté, por la gracia de Dios, un despertar espiritual que me condujo a una vida más rica, plena y productiva".

La notable influencia que ha ejercido éste disco sobre otros, es considerable. Músicos de toda índole se postran y alaban A Love Supreme. Desde importantes músicos de jazz como Pharoah Sanders o Albert Ayler (los dos claros sucesores de Coltrane) pasando por los cantantes Bono de U2 o Michael Stipe de REM.... Ya no hablo solo de influencias, sino, más bien, del respeto que se le tiene a este álbum.

En la carátula principal del disco se muestra a un Coltrane serio, concentrado, pensante con el entrecejo fruncido... Emblemática imagen para un álbum supremo.

No hay que olvidar que este disco no hubiese sido posible sin la excelente participación del jovencísimo McCoy Tyner (creo que no superaba los 20 años) al piano. De Jimmy Garrison al bajo y del ya citado antes Elvin Jones a la bateria, todos ellos con mano maestra hicieron posible esta OBRA MAESTRA del jazz.

Desgraciadamente, en 1967 Coltrane muere por una infección hepática. Sus últimas grabaciones dejan constancia de hasta dónde podría haber llegado su sonido. Un sonido sin límites, sin estructuras armónicas donde el encaminamiento al mundo étnico/oriental estaba cada vez más claro. 

Ravi Shankar.

Este disco me ha conmovido mucho. Ya lo he escuchado tres o cuatro veces, y se lo he puesto a los músicos que están conmigo ahora. Es precioso, especialmente el clímax del tercer movimiento, y después la resolución de la última pieza (“Psalm”. Luego, leyendo el texto de la carátula, no me han sorprendido nada su entrega, su fe y su amor a Dios”.

Moby.

A Love Supreme es seguramente uno de los discos más bonitos y sublimes del siglo veinte”.




Alice Coltrane: "Journey In Satchidananda" - 1971.

Después de la inesperada muerte de John Coltrane, la pianista, organista y arpista Alice Mcleod, más conocida como Alice Coltrane se dedicó en cuerpo y alma a hacer su propia música, a fundar un sello (en honor a su difunto marido) llamado Coltrane Records y a crear álbumes de auténtica orfebrería sonora.

Tal como hizo su marido, se introdujo en el mundo étnico de otros lugares del planeta como Africa o la India, donde finalmente se mudaría a la religión hindú.

Su música fue (y es) una bella unión entre el jazz más ambiental y la música más tradicional de la India. El resultado final se traduce en este respetado y estimable álbum cuyo nombre Journey In Satchidananda (en sánscrito se traduce a “la gracia de la consciencia esencial”) deja bien claro en que dirección quiso dirigir su música. Journey In Satchidananda crea un ambiente místico y envolvente producido por una instrumentación exótica como por ejemplo el sitar hindú, que se pronuncia constantemente, o la tambura, instrumento de cuerda originario de Croacia, así como de su inseparable arpa.

Es una carátula sencilla, sin mucha pomposidad, pero su presencia (la de Alice) te produce cierto respeto y te preguntas “de qué irá esto”.
Acto seguido abres el disco y ves las fotos que hay en su interior. Están las imágenes del saxofonista de moda (en aquella época) y claro sucesor de John Coltrane, Pharoah Sanders. En dicha imagen se ve como toca el saxofón soprano, instrumento en que John Coltrane volvería a poner de moda (antes lo habría hecho el pionero Sidney Bechet) en 1961 con su eterno “My Favorite Things”.
También se puede ver a Vishnu Wood con el laúd árabe y una joven de la cual desconozco su nombre con el sitar. Aparece también el contrabajista Charlie Haden, quien años precedentes revolucionaría el universo del jazz de la mano del vanguardista Ornette Coleman con el free jazz . Y claro, después tenemos a Alice Coltrane, que se ve de forma muy concentrada y en plena magnificencia tocando su leal arpa.

Journey In Satchidananda es un fastuoso y brillante disco, recomendable a todo aquel o aquella que le interese la etno music o el jazz más arriesgado.






 



































































  

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